A dos semanas de que empiece el E3 de este año, la feria comercial de
videojuegos más grande del mundo, Activision presentó en Los Ángeles
antes un millar de aficionados traídos de todo el planeta en uno de los
grandes títulos del año,
Call of Duty: Black Ops 4. Fue además
una ocasión para ver el futuro de los grandes videojuegos que juegan
millones de personas online a la vez. En ese escenario, EL PAÍS pudo
conversar con Dan Bunting, codirector del estudio Treyarch, que
desarrolla los títulos de la saga
Call of Duty, sobre las tendencias en la industria.
“El fenómeno de los jugadores que miran a otros jugar ha sido un
cambio explosivo en nuestra industria”. Bunting asegura que es lo más
importante que ha pasado en la última década. Con la explosión del vídeo
online, de pronto hay millones de personas que disfrutan viendo a otras
jugar a videojuegos en directo por Internet. Es una forma de
entretenimiento más, que hace solo unos años no existía. “Hace 10 años,
si me hubieras preguntado si la gente se iba a sentar a ver jugar a
otros, te diría que para nada. Pero lo miras ahora y es un fenómeno en
sí mismo. Se ha formado todo un ecosistema. Es una nueva rama del
entretenimiento”.
Bunting habla de un fenómeno que ya es el nuevo campo de batalla de
las plataformas de vídeo online. Los videojuegos han entrado en la
competición por el tiempo de pantalla de los que no juegan. Una
plataforma como Twitch, que empezó en 2011 siendo un nicho de jugones,
una especie de Youtube de videojuegos en el que la gente emite en
directo sus partidas. Twitch fue adquirido por Amazon en 2014, cuando el
videojuego
Call of Duty: Advanced Warfare fue el juego más
retransmitido con seis millones de espectadores únicos. En 2015, había
llegado a 1,5 millones de canales con una audiencia de 100 millones de
personas al mes, más del doble que el año anterior. Ese año, apareció
Youtube Gaming para buscar una parte del pastel. Los dueños de los
mejores canales son estrellas del entretenimiento y poderosos
influencers en la industria.
“El hecho de que los videojuegos tengan que competir ahora no solo por el tiempo de juego, sino por el tiempo de
streaming,
obliga a pensar en ellos de una forma completamente diferente”, explica
Bunting. “Creo que obliga a los desarrolladores a pensar en cómo hacer
juegos que no solo sean divertidos de jugar, sino divertidos de ver.
Como tenemos una parte de eSports, siempre nos ha preocupado cómo se ven
los juegos, pero ahora es un nivel completamente diferente”.